La fotografía está tomada en la Rúa Méndez Núñez, de Vigo, en las proximidades del Instituto Camões, en el Casco Vello. El árbol luce los colores de la tolerancia en unos tiempos en los que, sorprendentemente, aún se producen rechazos al derecho de una libertad bien entendida. Cada persona debe tener la oportunidad de ser quien quiere ser, por muy absurdo que les pueda parecer a los demás. No olvidemos que es su propia vida y que cada persona es dueña de sí misma. Ese árbol seguirá creciendo con esos colores del mismo modo que la libertad debe ir consolidándose en un mundo libre y democrático, y ese símbolo debiera ser respetado. Veremos.