Además, en algunas zonas se pueden observar numerosas palomas dispuestas a competir con las primeras —que son carroñeras por naturaleza—, para aprovechar cualquier cosa con la que saciar su apetito. Lo que hasta ahora no era tan frecuente eran los pájaros en las cercanías del ser humano o de los vehículos en movimiento, mostrando siempre una actitud de desconfianza. Pero las cosas han cambiado y para muestra esta fotografía en la que se pueden observar dos pequeñas aves picoteando en un jardín de una céntrica y concurrida rotonda viguesa. Quizá sea esto la demostración de que está aumentando el respeto por los animales con los que compartimos el planeta, algo muy necesario, pero que resulta todavía insuficiente.