En la Rúa Romil, de Vigo, hemos encontrado esta escena que mostramos en la imagen. A la izquierda puede verse un contenedor de basura y, a la derecha, una foto de Primera Comunión perfectamente identificable, enmarcada y apoyada sobre el alféizar de una ventana enrejada.
Creemos que no se trata de un olvido, sino de un abandono deliberado. Una escena triste porque se supone que los recuerdos de la Primera Comunión, sea cual sea la confesión religiosa posterior al cabo de los años, son recuerdos agradables o, siquiera, llenos de anécdotas de la infancia.
Viendo esto cabe preguntarse qué es lo que habrá dentro de esos contenedores, que recuerdos aguardan en su interior a la espera de la compactadora o de la incineradora de basuras. Con lo que les cuesta a muchas personas preservar la memoria.