El muerto más famoso de la Reconquista de Vigo sólo conserva un nombre: Carolo, el “viejo marinero del Berbés” que cayó ante la puerta de A Gamboa, abatido por los balazos de las tropas francesas encaramadas a las murallas. Nada se sabe de su identidad, porque no aparece con este nombre o “alcume” en los libros parroquiales de difuntos, que deberían haber anotado su fallecimiento.
Sin embargo, menos conocidas son aún las otras víctimas de la famosa acción bélica vivida ante la fortaleza de Vigo en la noche del 27 de marzo de 1809. No fueron pocos, pero no existe una cifra oficial respaldada por datos incontestables. Sin embargo, si nos fiamos de las fuentes coetáneas, algunos testigos de primera mano hablan de otros seis muertos en la puerta de A Gamboa. Y de doce caídos en total en las puertas de Vigo en aquella victoria popular ante las tropas de Napoleón.
Hecho histórico y drama
Conviene recordar que la llamada Reconquista de Vigo fue un hecho histórico en el que murió gente. No siempre fue una fiesta con vino y choripán. Y, aunque hoy se festeja con alegría, en realidad fue un drama, como el que acompaña toda guerra.
Su víctima más ilustre fue Bernardo González del Valle, Cachamuiña, que recibió varios impactos de bala mientras franqueaba la puerta de A Gamboa a machetazos. Pero peor suerte corrió Carolo, cuya muerte está documentada por Pablo Morillo, en su informe final tras la rendición de las tropas napoleónicas: “Se admiró la valerosa serenidad de un anciano que murió de un balazo haciéndola astillas”, escribe el militar zamorano.
Siete muertos de A Gamboa
Pero, según Morillo, hubo más muertos allí. En total fueron siete en A Gamboa: “[Cachamuiña] hubiera continuado si el cuarto [disparo] no le imposibilitase; dos de los suyos le sacaron con trabajo del sitio, y murieron siete; por último, recorriendo yo las filas por medio de las balas para hacer cesar el fuego, pude lograr que mis grandes voces se hiciesen oír, y de una y otra parte paró el tiroteo: a poco tiempo se me presentaron dos oficiales franceses a entregarme las ratificaciones firmadas, y en consecuencia dispuse retirar la Gente a sus puestos, dejando las correspondientes avanzadas”.
Es evidente que Morillo escribe su crónica dándose bombo, haciendo notar que aquella noche arriesgó su vida “por medio de las balas”.
Castillo del Castro
Otra fuente distinta eleva a doce los muertos en el conjunto del asalto a las murallas. Es Pardo de Andrade, coetáneo de la Reconquista: “En eso se mandó dar aguardiente a la gente, y pasó orden el bizarro Cachamuíña para aproximarse a la plaza, dirigiéndose con la suya hacia el Castillo del Castro, a quien seguían los de Santa Cristina». Los de Bembrive marcharon hacia la puerta de los Cerdos.
Los más del valle del Fragoso, hacia la puerta de la Ribera y castillo de San Sebastián; y los de Santo Antoíño al mando de su comandante por la puerta de la Gamboa.
Comenzó el fuego a las nueve de la noche y no duró más que hasta las diez; pues viendo los franceses que los españoles no sólo tenían abiertas las puertas de la villa sino también las del Castillo, tocaron cajas, diciendo que estaban entregados a discreción, que cesase el fuego, que a las ocho del día siguiente, el 28, se entregaría la plaza, y castillos, y que ellos se daban por prisioneros con la condición de que los embarcasen, y llevasen los ingleses».
Siete muerto de A Gamboa, según Morillo
Pardo de Andrade reconoce el valor de Cachamuiña: «En esta acción salió herido gravemente con tres balazos el bravo Don Bernardo González. Al comandante de las fuerzas de la puerta de la Gamboa le han muerto el hachero [Carolo], después de abrir y franquear la puerta, y tuvo un herido sólo, que fue Santiago Martín, que le atravesó la bala un brazo». El cronista afirma que en todas las murallas se perdieron doce hombres.
Como vemos, uno y otro no se ponen de acuerdo. Siete muertos cuenta Morillo en A Gamboa. Y uno Pardo de Andrade, por un total de 12 en las murallas. Pero ya antes habían muerto muchos, durante la ocupación francesa, según recogen los libros parroquiales de difuntos de toda la comarca. Y siguieron muriendo después, como Pedro Lorenzo, de Zamáns.
Así anota su muerte su párroco: “En veinte y nuebe de marzo año de mil ochocientos y nuebe, en la iglesia de esta parroquia de San Mamed de Zamanes, se dio sepultura al cadáver de Pedro Lorenzo, marido de Francisca Rodríguez, el que se ha muerto aier de un tiro de fusil que le dio un Francés al ir para Vigo acompañado de otros muchos”.
Salvajes expediciones de Maucune
Y aún en los meses que siguieron murieron muchos más, también en las salvajes expediciones del sanguinario oficial francés Maucune. O en la batalla de Ponte Sampaio que pondría fin a la ocupación de Galicia.
Así que tal vez sea imposible llegar a determinar exactamente cuántos paisanos murieron en la Reconquista de Vigo, en especial en el asalto final a las murallas y en el derribo de la puerta de A Gamboa. Pero, sobre todo, conviene no olvidar que lo que hoy es una fiesta hace dos siglos supuso para muchos, con permiso de Goya, uno más de tantos desastres de la guerra…