Se observa que va quedando vacía día tras día a medida que el tiempo invernal avanza de modo inexorable, con sus nieblas y sus temperaturas más contenidas. Pero esas mismas playas seguirán sobreviviendo a los inviernos y a los temporales, y, cíclicamente, volverán a llenarse de personas alegres dispuestas a divertirse y a compartir ese espacio que, sin duda, es público, es de todos. Sin embargo, la costumbre de disfrutar de la playa y del mar como se hace en la actualidad es algo que sólo se viene repitiendo desde hace décadas, porque todo eso es algo relativamente moderno; antaño iba poca gente a las playas y quien lo hacía, sobre todo las mujeres, llevaban el cuerpo casi tapado por completo; basta observar las fotografías de principios del siglo XX.