Su carácter es extraordinariamente afable y le encanta, cómo no, bañarse en el mar o en el río. Pero si observa a alguien bañándose habrá que sujetarlo y tranquilizarlo, porque su primera reacción será zambullirse y acudir junto al nadador con la intención de sacarlo del agua y salvarlo de lo que él piensa que es un ahogamiento.
En ocasiones, su dueño lo lleva al puerto para que se pueda dar un baño y nadar un poco, le encanta. Sin embargo, lo peor es cuando el dueño consigue que salga fuera, porque Lucho se sacude intensamente para eliminar el agua que empapa su pelo y acaba duchando a los curiosos.