No habían dado las doce de la noche y las luces de algunas viviendas aún permanecían encendidas, seguramente con el mismo horario de los programas de la televisión, igual que antaño, antes de que emitieran la “carta de ajuste”, desconocida para los jóvenes de hoy.
La luna llena ilumina la calle y en particular esas escaleras decoradas que comunican la Avenida das Camelias con la Rúa Romil, con el parque de O Castro al fondo, un escenario apropiado para una noche de terror, en estas fechas de Halloween.