El 29 de julio de 1990 no fue un día cualquiera de verano en Vigo. Fue el día en el que Madonna dio un histórico concierto en el estadio de Balaídos, aquel por el que siempre será recordada en estos lares por haberse puesto la camiseta del Celta por encima de su famoso corsé diseñado en exclusiva para ella por Jean Paul Gaultier y convertido ya en pieza de museo.
Vigo era una de las paradas de la todavía -a sus casi 62 años- indiscutible Reina del Pop, dentro de su «Blond Ambition World Tour» y su llegada causó una gran expectación, con seguimiento de los medios de su llegada a Peinador. Pese a todo, no logró colgar el cartel de completo en Balaídos, ni mucho menos. ¿Las razones? Para muchos, el elevado precio de las entradas y, para la gran mayoría, la «contraprogramación» de un concierto de Prince, otra gran estrella mundial, el mismo día en A Coruña.
El gesto de una Madonna que dio la bienvenida a sus seguidores con un escueto «¡Hola Vigo! ¡Hola Spain! ¿Creéis en el amor?» está grabado en la retina de la mayoría de los vigueses, incluso de aquellos que todavía no habían nacido o aquellos que no contaban con edad para tararear su «Like a virgin». Y es que entre los numerosos cambios de vestuario realizados por la estrella, nadie se esperaba que se incluyese uno con la camiseta del Celta, con el número cinco a la espalda y anudada al cinturón de su corsé.
No solo fue la camiseta enfundada sobre el corsé de conos puntiagudos. Madonna incluso se cubrió con la bandera rojiblanca de la ciudad en otra parte del espectáculo. Por eso y por otros muchos motivos, ni las 17.000 entradas vendidas de un aforo para 40.000, ni el rumor de que hubo playback por parte de la diva, ni tampoco el criticado desembolso de 160 millones de pesetas por parte del Ayuntamiento local liderado por Manoel Soto han podido con la historia, que recuerda el concierto de la gran diva como uno de los grandes hitos de la ciudad. Irrepetible, en todos los sentidos.
Vídeo del archivo de TVG con la llegada de la diva al aeropuerto de Peinador y parte de su concierto, en el que se enfundó la camiseta del Celta.