Lo cierto es que los bancos contribuyen a transformar la ciudad de Vigo en una urbe más humana y a relajar las prisas de la ciudad más grande y más industrial de Galicia. La iniciativa es del Concello, pero esos bancos —igual que el resto del mobiliario urbano— lo pagan todos los ciudadanos con sus impuestos, de tal modo que el maltrato y el robo de estos elementos es un perjuicio general que no se debe consentir. Sirva como ejemplo este banco de la fotografía que ha sido colocado recientemente al principio de la Rúa Colón y que se observa medio desclavado. Se trata de un acto intencionado y quizá propiciado por unos ladrones que ahora están esperando el mínimo descuido para llevárselo.