Pasa inadvertida para la casi totalidad de los viandantes porque las prisas cotidianas en una ciudad industrial y comercial no dejan demasiado tiempo para observar los detalles; casi todo el mundo mira hacia el frente con la preocupación principal de buscarse la vida. La Rúa Pino, aunque no tan renombrada como las principales calles de la ciudad de Vigo, es una de las más largas: parte de la rectilínea Rúa Urzáiz y desemboca en la Praza de San Lorenzo, muy próxima a lo que se conoce como “El nudo”, en la Avenida García Barbón. En sus casas vive gente trabajadora y numerosos inmigrantes que dan al conjunto del barrio un tono multicolor y multicultural agradable y tranquilo. En este entorno urbano, la misteriosa fachada del número 15 de la Rúa Pino tiene un águila en lo alto y está flanqueada por dos leones. En el centro del frontispicio se observa el relieve de un ángel alado que bien pudiera ser un querubín o quizá un serafín, rodeado por flores. Unos elementos arquitectónicos inquietantes.