Cuando llueve, la boca del monstruo parece vomitar agua a la calle, en vez del fuego tradicional de estos animales imaginarios. La mayoría de los transeúntes, embebidos en sus prisas y en sus quehaceres diarios, no reparan en la belleza y en la singularidad de este curioso canalón de la parte vieja de la ciudad de Santiago de Compostela, ubicado, concretamente, en la Rúa del Villar, muy cerca de la catedral. Se trata de un diseño original que combina con las gárgolas que están en lo alto de algunos edificios próximos. Quizá su diseñador aprovechó la misma idea, pero decidió, por algún misterioso motivo, que este monstruo estuviera a ras del suelo.