Hoy hablaremos del continuador de su tarea, su hijo Moisés Álvarez, que fue el que multiplicó la labor emprendida por su padre. Manuel Álvarez vio en su hijo Moisés el continuador de su obra. Hizo que estudiase ingeniería y una vez licenciado lo envió a la localidad inglesa de Stoke on Trent, considerada la capital inglesa de la cerámica. Allí pasó un año aprendiendo el oficio de la fabricación de porcelana y al volver a Vigo comenzó a trabajar en la fábrica paterna.
Moisés pasa a dirigir el complejo fabril a la muerte de su padre y cuando muere su madre compra, junto a sus hermanos Manuel y Julio, la totalidad de las acciones de la compañía y se convierte en gerente de la empresa.
Moisés Álvarez O’Farril, se sentía el patriarca de sus empleados con un perfil paternalista y un liderazgo sobre la gente que nadie le discutía. “Nosotros somos una colmena y en la colmena no se admiten zánganos”, arengaba por megafonía el hijo del fundador.
Abrazaba los principios del Movimiento, de hecho tenía un contacto estrecho con distintos ministros del Gobierno que le visitaban asiduamente. El Jefe del Estado y su esposa también conocieron sus factorías.
Manuel Martinez Mallo, mano derecha de Moisés Álvarez, recordaba así al empresario: “Su figura puede ser considerada como paternalista, pero sobre todo fue un creador y una gran persona”.
La colmena de Cabral
De esta forma, en 1941 comienza en Cabral la producción de la fábrica Porcelanas Santa Clara. La empresa revoluciona el barrio ya que muchos vecinos comienzan a trabajar en la fábrica.
Complejo fabril de Cabral.
El complejo fabril va creciendo a ojos vista ya que a la construcción de una nueva planta le sucede otra y se convierte en una ciudad dentro de otra.
Después de la fábrica de porcelana, nacen dos nuevas, Royal China y Casablanca. Se construye una escuela de aprendizaje, viviendas para el personal, economato, capilla, servicio médico y una escuela para los hijos de los operarios.
Fábrica de Moahsa.
Los años 50 son para la empresa una vorágine porque cada vez es más grande y da trabajo a más vigueses. Moisés Álvarez decide que sus productos sean conocidos en el extranjero, por lo que comienzan a acudir a la Feria de Hannover en Alemania.
Comienzan de esta forma a exportar parte de su producción a Europa, Estados Unidos e Iberoamérica. El puerto de Vigo es la vía de salida para estos productos hacia el mundo.
La persona que entrase en esta época en el recinto de Cabral podría ver una actividad febril, por todas partes se ven máquinas automáticas, molinos, mezcladores, prensas, filtros, tornos de alfarería, grandes estanterías con multitud de piezas recién terminadas y otras en proceso de secado. Los grandes hornos trabajan a plena capacidad en la cocción de piezas de todos los tamaños.
Fabricación.
Al lado de la fábrica de porcelana está la de producción de vidrio, planta con modernas instalaciones que producen desde piezas corrientes hasta otras de talla más fina, al igual que objetos artísticos y de decoración gracias al talento de decoradores de primer nivel que trabajan en la empresa.
El proceso de la fabricación del vidrio es completo, ya que comienza con el procesado de la arena hasta el pulimentado, tallado, grabado, y estampado.
Posee tambien templadores automáticos de patente alemana. Hay que decir que las materias primas que utiliza Álvarez provienen de distintas zonas de España como el caolín, feldespato, cuarzo, sílice y piedras calizas.
Sección de decorado.
La energía necesaria para mover tanta maquinaria proviene de una planta eléctrica de 600 H.P. y una central de gas, además cuenta con un gran depósito de agua.
El complejo cuenta con hornos nuevos de patente suiza, Brown Boveri. Para que la dinámica de las fábricas no pare existen talleres de construcción y reparación de máquinas, de carpintería, serrería y calderería.
Alfares de Pontesampayo
En esa época a comienzos de los años 60 se produce el nacimiento de Alfares de Pontesampayo (Pontesa) en la localidad del mismo nombre.
La nueva fábrica que fabricará loza es de última generación, participando técnicos ingleses en su construcción, está completamente electrificada e incorpora automatismos a la producción industrial.
Centro médico.
La nueva fábrica funciona a plena producción en esta década y varios ministros del Gobierno realizan numerosas visitas a la nueva planta al igual que industriales extranjeros que quieren ver in situ una factoría puntera.
En 1964 se inaugura la planta de calcomanías cerámicas Povisa, en 1968 se abre Vanosa que fabricará cristal y un año más tarde nace Moahsa en Coruxo para fabricar loza para la división de hostelería. En el año 1967 el grupo empresarial cuenta con más de 5.000 trabajadores.
El grupo Álvarez llegaría a tener 10 grandes fábricas:
– Santa Clara fabricaba piezas de porcelana
– Casablanca producía vidrio
– Royal China se ocupaba de fabricar loza
– Vidrios Automáticos del Noroeste VANOSA, era productora de servicios de mesa en vidrio irrompible
– Moisés Álvarez e Hijos, S.A. MOAHSA, de donde salían piezas de loza monococción
– Alfares de Pontesampayo, S.A. PONTESA, donde se producían piezas de loza fina vitrificada
– Porcelanas Sanitarias de Pontesampayo, fabricaba material sanitario
– Porcelanas Vigo S.A., POVISA
– Refractarios Alvarez S.A., REALSA
– Ibero-Tanagra, fábrica situada en Santander
Establecimientos Álvarez
A nivel nacional comienzan a vender sus productos en sus propias tiendas distribuidas por toda España, abriendo varias tiendas en un mismo año, contando en 1958 con 21 Establecimientos Álvarez y 34 tiendas en 1963.
Edificio administrativo de Cabral.
En Vigo la empresa poseía dos, uno en la calle del Príncipe y otro en Urzaiz. En 1961 Álvarez fabrica más de 1.500 referencias distintas y es la empresa con más facturación de España en su sector, ni siquiera La Cartuja de Pickman en Sevilla le hace sombra.
Política social de la empresa
Según Maite Pena Rodríguez en su trabajo “Mulleres entre arxila, As traballladoras do grupo de empresa Álvarez”, nos explica la política social de la empresa, así menciona que en la etapa franquista se construyeron 103 viviendas para los trabajadores en las proximidades de la fábrica de Cabral.
Tambien se construyó una escuela en los bajos de dichas viviendas, así como una capilla en honor de Santa Clara. Los empleados contaban también con economato y con una clínica, dotada de un médico y un practicante en las fábricas de Cabral, Pontesa y Moahsa. Tambien poseían cantina donde se podía calentar la propia comida y máquinas de bebidas, café, bocadillos y refrescos con precios subvencionados. La empresa tambien contaba con coral y rondalla.
Equipo de Álvarez frente a un conjunto ourensano.
En cuanto al deporte en Álvarez existían equipos deportivos de la empresa. En las instalaciones de Pontesa existía una cancha de baloncesto en la parte posterior de la planta donde jugaba el Club Baloncesto Pontesa.
Durante muchos años en Vigo la empresa patrocinó el equipo de baloncesto Manuel Álvarez (más tarde Porcelanas Santa Clara) que rivalizaba con el Bosco, equipo del colegio Salesianos.
Por otro lado, la empresa contrataba autobuses para el desplazamiento de los trabajadores que vivían en zonas que no disponían de transporte público, como Vilaboa, Pontevedra, Soutomaior, O Viso, Redondela o Cesantes.
Alfares de Pontesampaio.
Después del año 1975 la empresa contó con un plus para pago de guardería. Las vacaciones eran de 30 dias, entre el 15 de junio y el 15 de septiembre. Durante el franquismo existían dos pagas extras y en la etapa democrática hubo una más que se pagaba en marzo. Además de esto existía un premio por antigüedad y una percepción mensual en concepto de ayuda social.
La jornada laboral era de 48 horas para los trabajadores y de 45 para el personal administrativo. Posteriormente fue de 40 horas para todo el personal y en 1990 fue de 39 horas y en 2000 de 36 horas. En los últimos años del grupo se concedieron varios planes de jubilación para empleados mayores de 50 años.
El principio del fin
Llegamos a los años 70 cuando las cosas se empezaron a torcer. En 1973 comienza la crisis mundial debido a que la OPEP sube de repente el precio del petróleo, algo que acusa todo el mundo occidental. España como siempre tarda mucho en tomar medidas y lo acusa más.
En 1975 muere Moisés Álvarez, la empresa pierde a su timonel en unos momentos delicados y en 1976 el INI se hace cargo de la empresa hasta el año 1991. En todos estos años el grupo Alvarez no dejó de perder cuota de mercado y trabajadores, además se pusieron en venta la mayoría de tiendas de los Establecimientos Álvarez.
En Álvarez los pedidos caen y no se adopta una política drástica de reducción de costes, la empresa está muy endeudada con los bancos, algo que sólo se puede soportar en épocas de gran crecimiento.
Los economistas José Luis Gómez y Juan Carlos Martínez en su libro “500 Empresas de Galicia”, mantienen que «los problemas de Álvarez tienen bastante que ver con haberse quedado al margen del proyecto de reestructuración del sector de vajillas y cerámica en el resto de Europa, lo cual le mantuvo ajena a los esfuerzos de especialización y diferenciación por segmentos que realizaron sus competidores europeos. Álvarez, por el contrario, se mantuvo durante mucho tiempo en los segmentos de mercado que no valoran la imagen y calidad de los productos, donde llevan todas las ventajas los competidores exteriores que fue alentando la adhesión a la CE, en la medida que supone un progresivo desarme arancelario. Álvarez no solo vio reducidas sus ventas en los años 80, sino que perdió cuota de mercado en un sector en crecimiento».
La plantilla pasó de 3.065 trabajadores en 1978 a 1.582 diez años después. En 1991 el INI decide privatizar el grupo si bien se queda con el 10% del capital, el 90% restante queda en manos del grupo valenciano Estudesa, siendo presidente Vicente Mata. Y es aquí cuando comienza la época más negra del grupo. Este dimite en 1993 y se hacen cargo los hermanos Mariano y Francisco Jiménez Ambel.
Comienza una época de reducción de personal, prejubilaciones, problemas en los pagos y movilizaciones laborales. En noviembre de 1997 la empresa se declara en suspensión de pagos. Los propietarios se suceden mientras su patrimonio no inmueble desaparece.
En 2001 se produce el cierre definitivo de lo que un día fue uno de los grupos empresariales más grandes de España.
Exposición del legado Álvarez
Además de la producción en serie de objetos de uso corriente, en el complejo de Cabral existía un taller de decoración artística donde trabajaban hombres y mujeres que decoraban objetos de vidrio y porcelana convertidos en productos de gran valor.
Manuel Álvarez instauró la costumbre de que cada vez que una pieza salida del departamento artístico se consideraba prácticamente perfecta se retiraba para formar parte del museo de la empresa.
Allí se hacen verdaderas obras de arte gracias a las manos expertas de artistas del grabado, de la talla y de la pintura, coordinados por el director artístico José Fuentes, un hombre con gran talento para las artes plásticas.
Hay que mencionar que en 1944 en la Exposición Industrial de Galicia en Santiago de Compostela, la empresa Manuel Álvarez e Hijos mantuvo un stand propio con gran éxito de ventas.
Como curiosidad diremos que en los talleres de decoración de Álvarez se realizó la copa que Eva Perón recibió como regalo en su visita a Vigo en 1947.
Hoy las piezas del museo de la empresa se conservan en el Concello de Vigo, 90 de las cuales han podido ser vistas en una exposición realizada en la Casa das Artes en febrero de 2010, denominada Xoias da colección Álvarez. Esplendor cerámico de Vigo.
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