Se reciben noticias de que la columna mandada por el General Morillo se dirige a nuestra ciudad. La Milicia Nacional de la provincia de Vigo -cuya capitalidad se ve amenazada por el pujante crecimiento absolutista- sale con rumbo a Pontesampaio, en un intento de defender aquel paso obligado, donde 14 años antes había sido victoriosamente rechazado el ejército francés.
El destino quería que Morillo se enfrentase allí mismo con los que antaño habían sido sus mejores soldados.
Aquella Milicia Nacional había sabido mantener hasta entonces la autoridad del Gobierno constitucional, frente a las partidas facciosas. Precisamente, en el mismo Pontesampaio, la Milicia había derrotado en el mes de marzo a una importante partida absolutista, compuesta por 600 hombres, al mando del ex-gobernador Mario. Según oportunamente hemos recordado, el estado de inquietud política en la provincia de Vigo ocasionó la venida del General Quiroga, Comandante General del segundo distrito, para dirigir las operaciones contra los facciosos, en especial la bien adiestrada partida de Cotobad, que mandaban los cabecillas Mario y Vázquez. Quiroga logró aniquilar a aquella fuerza, haciendo prisionero a Vázquez, el cual, en unión de muchos de sus hombres, fue conducido al Castillo del Castro, con armas, banderas y cajas de guerra.
La población viguesa, desde que conoció la entrada en España del ejército francés mandado por el Duque de Angulema, vivía en permanente zozobra. Los absolutistas refugiados en Portugal enviaban armas y dinero a sus partidarios. Hubo un momento de optimismo, al llegar a Vigo el General inglés Sir Robert Wilson, que deseaba ofrecer sus servicios al Gobierno, organizando las fuerzas leales de Galicia. Le acompañaban seis oficiales y, al parecer, disponían de amplia ayuda económica. Pero las vacilaciones de Quiroga y la defección de Morillo, dieron al traste con sus proyectos, por lo que Wilson hubo de reembarcarse, sin haber logrado su empeño. Esta desafortunada actuación del militar y parlamentario inglés dio motivo a que se escribiese su sainete en gallego, sátira acerada, salida de la pluma de algún conspicuo realista, que es una de las primeras piezas teatrales de nuestro idioma en el siglo XIX. De ella da noticia don Galo Salinas, en un estudio sobre nuestro teatro, pero en la actualidad se desconoce el paradero de tan interesante manuscrito. En el aspecto literario y en el histórico dicho sainete reviste singular importancia; obra meritoria haría aquel que lograse recuperarlo del olvido.
“El General Morillo, declarándose contra la Regencia de Sevilla, dio desde Lugo, como General en jefe del cuarto ejército, una proclama a Galicia en 26 de junio de 1823, manifestando su nueva actitud, y formó una junta provisional gubernativa, compuesta por el Obispo de Lugo, del Jefe de esta provincia, del Marqués de Valladares , Diputado de la provincia de Vigo, de D. José Montero, Diputado de la provincia de A Coruña, y de D. Francisco Andrés Álvarez, Diputado de la de Lugo, para que gobernase el reino de Galicia”. (J. de Santiago, op. Cit., p. 546).
Inicia entonces Morillo su marcha sobre A Coruña y Vigo. Y es así como este día 22 la Milicia Nacional viguesa sale rumbo a Pontesampaio, para oponerse al ejército realista, mientras el liberal, que manda el General Palarea, ha abandonado Santiago y está a punto de disgregarse calamitosamente.
22 de julio de 1823. Xosé María Álvarez Blázquez. «La Ciudad y los Días. Calendario Histórico de Vigo» (Editorial Monterrey, 1960).