Muchas personas que viven en Vigo o en su área de influencia desconocen el monasterio de Santa María de Oia, que perteneció a la orden del Císter y que fue fundado en el siglo XII. Está ubicado en el municipio de Oia, a orillas del mar, a medio camino entre Baiona y A Guarda.
La fotografía da cuenta de la belleza del interior de la iglesia, que no es la única maravilla de este conjunto austero que se comportaba como una fortaleza costera. En el interior de la iglesia se conserva la Virgen del Mar, que se venera como patrona del municipio de Oia y que protagoniza una conocida leyenda.
El monasterio llegó a disponer de armamento y era considerado como un punto defensivo singular en tiempos en los que las invasiones de los piratas eran frecuentes en las rías gallegas. Desde lo alto del campanario, que la época era utilizado como punto de vigilancia, pueden observarse unas vistas privilegiadas de la costa y del mar, además de su enorme jardín en el que los monjes cultivaban plantas medicinales.
El monasterio también sirvió de cárcel en tiempos de la guerra civil de España y muchos presos murieron allí. Quienes tuvieron el privilegio de visitar las zonas de las celdas dicen que en sus paredes todavía existen numerosas inscripciones de los reclusos.