Son vehículos de tres ruedas que utilizan la tracción de un pequeño motor de moto; de ahí su nombre. En su cabina sólo cabe el conductor y, en algunos modelos y con algo de buena voluntad, un acompañante. Su reducido tamaño les permite serpentear entre el denso tráfico urbano realizando con celeridad el transporte de pequeñas mercancías. Pero no gozan de gran estabilidad, a pesar de que sus tres ruedas definen un plano, y su velocidad es limitada. El vehículo sirve para rememorar otros tiempos en los que los coches eran escasos y no existía la contaminación atmosférica derivada de los escapes, ni tampoco la contaminación acústica provocada por los motores; era entonces cuando el motocarro, con su pequeño tamaño, daba buena cuenta de su presencia con el traqueteo de su ruido.