Desde hace varias décadas, el entorno de la ría de Vigo se ha ido llenando de numerosos pantalanes que dan buena cuenta de una actividad deportiva cada vez más popular y que también genera trabajo y riqueza: la vela. Cuando llega el verano, la ría se llena de barcos de recreo de todos los tamaños con sus velas desplegadas, y cuando sopla el viento propicia espectaculares ceñidas. Sin duda, se trata de un entorno paradisíaco para principiantes y para navegantes experimentados, con unas condiciones de abrigo que siempre fueron reconocidas a lo largo de la historia.