El termómetro de esa farmacia que está en la esquina de la Rúa Sanjurjo Badía marca 3 grados centígrados, una temperatura muy baja para una ciudad como Vigo, que está bañada por un mar que equilibra los valores extremos. Lo curioso es que nos cientos de metros calle arriba había otro termómetro que incluso indicaba 0 grados. En otras zonas de la ciudad, como la Gran Vía, existen termómetros muy próximos que marcan diferencias de temperatura muy notables que no se justifican. Seguramente en otras poblaciones también ocurrirá lo mismo. Sin embargo, no sería una iniciativa desafortunada revisar y unificar todas esas medidas de los termómetros de las farmacias. Aunque la temperatura no tenga por qué ser la misma en una zona que en otra, las variaciones no pueden ser tan notables en unos sensores separados por unos metros, y mucho menos aceptables esos valores de 3 grados en un día frío, pero que no se corresponden con la realidad.