La estampa es habitual en la ría de Vigo. Son los colores del atardecer observados desde una de las calles de la ciudad. Los mismos colores y los mismos reflejos que se pueden ver desde cualquier atalaya de la ciudad en esta época de primavera que antecede al verano. Abajo, en la imagen, destaca el puerto deportivo de Bouzas y un poco más allá el muelle donde se almacenan centenares de vehículos Citroën, quizá miles, esperando diferentes destinos a través del mar. Al fondo de la fotografía deberían verse las islas Cíes, pero la presencia de la bruma impide su visión. Son las nieblas de tonos dorados de la primavera, parte del tesoro de un microclima que acompaña todo el año a la ciudad de Vigo.