Las escaleras que se observan en la fotografía, en la curva de la calle Elduayen, han sido reconstruidas y el entorno ha sido pintado de blanco impoluto. Pero los vándalos ya han dejado su huella demostrando su falta de civismo, su falta de respeto y la inconsciencia de que todo ello lo pagamos entre todos los contribuyentes. Realmente nos falta un hervor de ciudadanía, pero eso no es culpa, precisamente, del Concello, es, en realidad, responsabilidad de todos y de cada uno de nosotros.