El coche de la fotografía es un Lamborghini (su coste va desde los 200.000 euros) , un vehículo aparcado en una calle de Pontevedra que sólo está al alcance de muy pocos bolsillos, de esas personas a las que la sociedad considera privilegiados aunque luego, en realidad, tengan tantas o más miserias que el resto de los mortales.
Pero el coche, eso sí, es una preciosidad indiscutible, un hito tecnológico en todos sus detalles interiores y exteriores y cuesta un dineral. Pero si el dinero no alcanza para poder comprar un Lamborghini siempre quedarán otros objetos de deseo mucho más asequibles.
Puede ser un teléfono o un reloj de última generación, una prenda de ropa o un calzado de marca, un viaje a un lugar soñado, o simplemente unos deliciosos bombones o, incluso, un buen helado, ahora que se toman en cualquier época del año.