Tanto hablar del antiguo hotel de Samil y tanta tinta para denostarlo como adefesio arquitectónico, y el nuevo hotel que se está construyendo no es menos agresivo que el anterior. Hubiera valido más hablar de la modernización de la instalación hotelera de Samil.
En la actualidad, la obra ya va avanzada y cualquier persona que haya conocido el hotel anterior puede observar el volumen y la altura de los nuevos bloques. Sin duda, el anterior no era de gran belleza, pero el actual tiene, cuanto menos, igual impacto visual. Cierto que el progreso conlleva infraestructuras con servicios adecuados que favorezcan el turismo en las zonas de playas, sin embargo, y a la vista de la evolución de esta obra de Samil, está claro, una vez más, que el poder del dinero lo permite todo.
Con el paso del tiempo será la historia la que pase factura, del mismo modo que ya la está pasando por otras obras urbanas que se hicieron hace unas décadas y que ahora se consideran una agresión urbanística. El tiempo lo dirá.