Son pocas las personas que pueden y se atreven a sumergirse en las aguas de la ría de Vigo para disfrutar de sus tesoros. El entorno de las Islas Cíes es de sobra famoso por su reserva de flora y fauna acuática.
También es singular el resto de la ría, destacando la bahía de San Simón, donde todavía palpita la historia del tesoro de la Batalla de Rande que, según algunos, aún permanece sumergido y que sirvió de inspiración a Julio Verne para relatar las visitas del capitán Nemo a la ría para recoger, de vez en cuando, algunas de esas riquezas para costear los gastos del Nautilos, tal como consta en el capítulo siete de “20.000 leguas de viaje submarino”.
Es evidente que existe otro Vigo bajo las aguas, y otro Cangas, y otro Moaña, y otro Redondela…, en fin, que las bellezas de las superficie encuentran claras competidoras bajo el agua.
No resulta extraño, por lo tanto, encontrar a un hombre rana como el de la fotografía, preparándose para bucear y disfrutar del entorno sumergido y pescar alguna que otra pieza.