Las pastelerías españolas y en particular las andaluzas compiten por su calidad introduciendo las variaciones que permiten sus componentes básicos. El origen de este postre gaditano no está demasiado claro y algunas personas lo sitúan en la influencia árabe y otras lo relacionan con la invasión francesa, cuando la ciudad de Cádiz soportó un largo asedio y, a falta de pan, tuvieron que echar mano de las almendras que estaban destinadas a los países americanos, fabricando un sustitutivo del pan convencional. Luego, con el transcurso de los años, el nombre evolucionó desde “Mazapán de Cádiz” hasta “Turrón de Cádiz”, aunque en muchos lugares sigue conociéndose como “Pan de Cádiz”, sin embargo, tal como puede observarse en la fotografía tomada en un escaparate, algún pastelero no tiene muy claro cuál es la norma ortográfica para escribir correctamente el nombre de la ciudad andaluza.