Ahí están las medianeras decoradas por artistas, escaleras mecánicas y ascensores para romper las barreras arquitectónicas y facilitar el acceso, atractivos parques urbanos, calles y plazas, y numerosas zonas de buen ambiente y con una atractiva oferta hostelera, por eso puede afirmarse que el Vigo de hoy ofrece numerosos puntos de interés para el nativo y para el foráneo. El Paseo de Alfonso XII, por ejemplo, es uno de esos rincones que hasta ahora permanecían desaprovechados. En la actualidad, este paseo se está convirtiendo en una zona llena de terrazas con mucho ambiente, con actuaciones artísticas, y con unas vistas a la ría y a las Islas Cíes que, sobre todo al atardecer, constituyen un cuadro que va cambiando día tras día, cada cual con su propio color y atractivo.