El roscón de Niza y la tarta de Llanderas de la Pastelería Ramos están considerados por miles de personas como los mejores postres de la ciudad de Vigo. Forman parte de las principales especialidades de esta pastelería cuyos éxitos se demuestran con las larguísimas colas que se forman frente a sus puertas un año tras otro cuando llegan las fechas señaladas de Reyes o de Pascua, para recoger los encargos. En esas fechas, el número de encargos es tan elevado que quien no lo haya hecho con anterioridad lo tendrá muy difícil.
La Pastelería Ramos ha estado ubicada en el número 18 de la Rúa Pi y Margall desde 1975. Está regentada por Álvaro Barreiro, con una dilatada tradición familiar de pasteleros. Su padre aprendió el oficio en históricas pastelerías viguesas, casi todas ellas cerradas desde hace años: en la Confitería Pereiro, frente al muro de la estación de Urzáiz; en la Confitería Arrondo, en la Rúa Policarpo Sanz, frente al teatro García Barbón; y en la Pastelería Las Colonias, en la Rúa Príncipe, frente a lo que actualmente es el museo Marco.
El roscón de Niza de la Pastelería Ramos sigue siendo inigualable, a pesar de que algunas pastelerías intentan imitarlo. La otra joya de esta pastelería es la tarta de Llanderas, una creación original de la ciudad de Vigo inventada por el hijo del fundador de la Confitería Arrondo, donde el padre de Álvaro Barreiro aprendió a prepararla. Esta tarta fue inventada por Arrondo como una variación de la tarta Polonesa Imperial Rusa. La bautizó como Llanderas, que era el apellido de un amigo que le había facilitado la receta de la tarta rusa, para evitar nombrar a los rusos en la época franquista, cuando no estaba muy bien vista ninguna relación con Rusia. En la actualidad, la Pastelería Ramos es la única que conserva la fórmula original de esta tarta tan viguesa, la tarta Llanderas, confeccionada con almendra, huevo, azúcar, mantequilla y manteca, y coronada de almendra y barquillos de chocolate. La receta puede encontrarse fácilmente en internet, pero que no incluye, obviamente, lo que se supone el secreto mejor guardado durante generaciones, algo que hace de la tarta Llanderas de la Pastelería Ramos un símbolo de la ciudad de Vigo.
El roscón de Niza y la tarta Llanderas son sus grandes éxitos, pero todos sus productos tienen el mismo nivel de calidad y aceptación. Ofrecen, además, un amplio abanico de productos pasteleros, todos ellos con una textura y un sabor incomparables: palmeras, croissants, bizcochos, pasteles, trenzas de roscón…
Álvaro Barreiro comenzó a edad muy temprana de la mano de su padre, que le enseñó todos los secretos del oficio. Pertenece a una estirpe de artesanos pasteleros y habla con pasión de su profesión y de su equipo: Pablo, que lleva treinta años trabajando con él en el obrador; Rosa, que lleva más de treinta años en el mostrador atendiendo al público; y Estrella, su mujer, que echa una mano despachando al público cuando se acumula el trabajo.
VIGOÉ ha tenido la oportunidad de acceder al santasanctórum de la Pastelería Ramos, el obrador donde se preparan todas esas delicias que tienen tanta aceptación. En la pastelería se cumplen todas las medidas anticovid, con limitación de aforo y utilización de mascarilla en todo el establecimiento. Y en la zona del obrador las medidas son extremas. Para entrar en el obrador nos pulverizaron el calzado con desinfectante, tuvimos que utilizar otro desinfectante para las manos, y una vez dentro del obrador no pudimos pasar de la puerta porque es un área restringida y allí dentro, por razones de seguridad, sólo pueden estar los pasteleros.
Nos explicaron el proceso de trabajo que comparten Álvaro y Pablo, utilizando una maquinaria y unos mesados quizá un poco antiguos, pero todos ellos absolutamente impolutos, como si estuvieran recién estrenados. Nos explican que todos los días limpian profundamente y en detalle todo el material, hasta los recovecos. También pudimos observar la calidad de excelencia las materias primas utilizadas y el esmero en el trabajo diario, lo que justifica la excelencia de los productos que ofrecen.
Álvaro Barreiro nos cuenta que antaño todos los pasteleros tenían alguna finca con manzanos, fresas, calabazas, etc., que servían para obtener las materias primas. Hoy, sin embargo, existen multitud de materias primas elaboradas industrialmente, sin embargo, allí, en la Pastelería Ramos, siguen fieles a la tradición utilizando el mismo género natural que antaño: leche fresca, aceite de primera calidad y de la mejor calidad, huevos frescos, mantequilla, azúcar, calabazas para obtener el cabello de ángel…, evitando utilizar productos manufacturados.
También es necesario destacar, además de las medidas anticovid y la extrema limpieza en todos los procesos, las medidas de reciclado total: aceites, productos orgánicos, cartones, plásticos… Nos ha sorprendido todo esto y la organización del trabajo, que desgraciadamente queda oculto a la vista del público, porque quedaría gratamente sorprendido.
Álvaro Barreiro y Estrella, su mujer, nos cuentan que su hija y su hijo han elegido caminos profesionales diferentes y que nada tienen que ver con la pastelería. Esto justifica que el heredero profesional de la Pastelería Ramos sea Pablo, que lleva más de treinta años trabajando con Álvaro en el obrador. Pablo es el que sabe todos los secretos de fabricación y el que también tiene acceso a los dos libros donde se guardan todas las recetas secretas de la Pastelería Ramos, dos libros en los que están redactados todos los procedimientos al detalle y acompañados de fotografías.
Ahora, la Pastelería Ramos se ve obligada a cambiar de local como consecuencia del próximo el derribo del edificio donde actualmente está ubicada. La Pastelería Ramos se traslada al número 2 da la Rúa Enrique Lorenzo, en Teis, al mismo local donde estuvo la Pastelería La Camelia, que también era una de las pocas pastelerías artesanales que estaban abiertas al público y cuyo maestro artesano se jubila. Allí tendrán unas instalaciones mucho más modernas y espaciosas para seguir ofreciendo sus mismos productos entre los que se incluye el roscón de Niza y la tarta Llanderas, y seguirán conservando, también, el mismo número de teléfono: 986437534 y cambiarán el cartel por el suyo propio: “Confitería Ramos”. Y también es preciso resaltar que ese alejamiento físico quedará compensado, para quienes no quieran desplazarse, con un reparto domiciliario que no tendrá prácticamente repercusión en los precios. El roscón de Niza y la tarta Llanderas de la Pastelería Ramos tienen el futuro asegurado.