Todo en la ría de Vigo es un espectáculo que a veces no valoramos de modo suficiente quienes tenemos el privilegio de disfrutarla. Y entre esos elementos singulares están las pequeñas embarcaciones que surcan la ría como llevadas por el rayo, veloces como las piedra planas que avanzan saltando de ola en ola, quizá perseguidas por un tiempo que apremia para culminar uno de los duros trabajos de la mar que debieran ser mucho más valorados por quienes nos movemos en tierra firme.