Son pequeñas y humildes obras de arte religioso que incorporan una caja con una rendija por donde introducir las limosnas de los devotos a la santa o al santo al que van dedicados. Pero no existen solamente las pequeñas poblaciones, sino también en las grandes ciudades. En la ciudad de Vigo, las más grande e industrial de Galicia, existen algunos petos de ánimas. Dos de ellos, por ejemplo, están en la Rúa San Francisco. Y otros dos están en la Avenida de Beiramar, justo al inicio de la Rúa Ánimas, que comunica la mencionada avenida con la Rúa Tomás Alonso. La fotografía muestra uno de ellos, al lado de unos contadores de electricidad, que vienen a ser también como otro tipo de petos, pero mucho más terrenales. También se observa a la derecha de la foto un ramito de flores que está metido en un pequeño tubo de plástico que hace las veces de florero. No se sabe muy bien si el ramo es en homenaje al peto de ánimas o a los contadores de la luz.