Esvásticas y parafernalia nazi presidiendo una comida de confraternidad. Así nos retrata Pacheco en 1938 el almuerzo de “Plato único” que la comunidad alemana nazi en Vigo celebraba para recaudar fondos solidarios con “las víctimas de la zona roja” en la Guerra Civil. Aunque la imagen resulta hoy escandalosa, lo cierto es que el nazismo en Galicia estuvo normalizado durante buena parte de su existencia y los diarios publicaban regularmente imágenes como esta.
Así lo contaba el diario Faro de Vigo: “El domingo a la una de la tarde, y en los salones del Hogar Alemán, tuvo lugar la primera comida de los alemanes residentes en nuestra ciudad en beneficio del Auxilio Social”. Los ingresos serían enviados a la legación alemana en Salamanca “con el fin de repartirlos en auxilio del glorioso Ejército español y de alemanes indigentes que se ven privados de sus medios de vida a consecuencia de los daños sufridos en la zona roja”.
Nutrida colonia viguesa
El menú estaba formado “por un fuerte plato de garbanzos y una manzana de postre”. El diario destaca “el animado ambiente de verdadera comunidad”, en el que “los jóvenes hitlerianos entonaron canciones alegres que la concurrencia acogió con muchos aplausos”. El encargado del Auxilio Social Alemán en Vigo, Frederich Habenicht, saludó a todos los alemanes de la nutrida colonia viguesa y anunció que se realizarían más almuerzos solidarios como ese. En total, la recaudación fue de 690,15 pesetas.
Propaganda y adoctrinamiento
El historiador vigués Lucio Martínez Pereda, en su libro “El plan y la cruz”, subtitulado “Hambre y Auxilio Social durante el primer franquismo en Galicia”, relata que Vigo fue pionera en estas iniciativas que buscaban la propaganda y el adoctrinamiento antes que el socorro de los necesitados.
De hecho, el fundador del Auxilio Social, el abogado Martínez de Bedoya, había viajado a Alemania para aprender los resortes de este sistema: “Los creadores del Auxilio eran perfectamente conscientes de su clara repercusión a la hora de crear un sistema de manipulación ideológica, sobre todo contra la clase trabajadora, que era contra la que iba dirigido todo”. Se buscaba a través de una cierta “caridad de Estado” garantizarse una filiación ideológica hacia valores nacionalcatólicos de un sector que era el que más se había opuesto a la sublevación militar.
A través del Auxilio Social, se habrían fichas, se enviaba a visitadoras y se sometía a niños y mayores a un control ideológico, vigilando también sus “hábitos religiosos y morales”, a través de un departamento específico llamado Asesoría de Cuestiones Morales, con la que colaboraban los párrocos de cada zona elaborando informes de sus vecinos.
Camaradería
Pionera de todo esto fue la Alemania nazi, con su nutrida colonia asentada en Vigo, como observamos en la foto de Pacheco, comiendo en franca camaradería bajo las banderas con la esvástica. En otra imagen también del Archivo Pacheco vemos a enfermeras voluntarias del Auxilio Social de la Falange Española en Vigo, en 1938, en una mesa donde destaca una bandera nazi con su esvástica.
Y es que la colonia nazi en Vigo estaba totalmente normalizada en los años 30 del siglo XX. De hecho, existía una sección viguesa de las Juventudes Hitlerianas, fundada en el Colegio Alemán, por indicación del cónsul en Vigo, Richard Kindling, que era también el jefe del Partido Nacionalsocialista (NSDAP) junto al empresario Conrad Meyer.
Excursiones a Cíes
Existen amplios testimonios de las excursiones a las islas Cíes de los jóvenes hitlerianos junto a las ‘Flechas’ de la Falange. Se conserva una ilustrativa foto en la que dos niños posan firmes junto a la bandera nazi en el salón de plenos del ayuntamiento vigués ante el comandante militar de Vigo, Felipe Sánchez, y los jerarcas nazis Kindling y Meyer.
Vigo acogía a una nutrida colonia alemana antes de la II Guerra Mundial. Muchos de ellos habían llegado huyendo de la miseria durante la República de Weimar. Y una parte trabajaba desde 1896 en el Deutsch Atlantische Telegraphengesellchaft, el Cable Alemán, un nudo clave en las comunicaciones del Reich que tenía una importante sede en Vigo.
Wolframio en Galicia
Muchos de aquellos alemanes militaron con orgullo en el NSDAP e incluso hicieron activa propaganda, como era el caso de Friedrich Wilhelm Closs, propietario de minas de wolframio en Galicia y que repartía su residencia entre Vigo y Monforte de Lemos. Conocido aquí como “Don Federico Guillermo”, se dedicaba a regalar ejemplares de ‘Mein Kampf’ de Adolf Hitler en todo cuanto acto oficial tenía ocasión durante los años 30 del siglo XX en Galicia.
Así que las imágenes del ‘plato único’ nazi en Vigo no desentonan con su época. Era la franca camaradería y la presunta solidaridad entre esvásticas de una Galicia donde campaba a sus anchas el nazismo.