Nada nuevo el que existan estas serviciales, ausentes y poco habladoras (por ahora) máquinas. La cuestión es cuando las empiezan a adulterar mezclando chocolatinas, papel de liar, condones, galletas, patatillas, frutos secos, etc. Ahí ya hay que ser un navegante avezado a la hora de pulsar los botones del selector del producto porque igual se salta de una caja de condones Control a un snack de Nestle o a un Crunch.
Seguro que en breve, con los “teléfonos inteligentes”, le lanzaremos un mensaje a la máquina con lo que vamos a comprar y se lo pagaremos de forma telemática.
Según el sector del “vending”, el crecimiento del parque de máquinas expendedores ha sido de un 11% en el último año al haberse registrado ventas alrededor de 11.500 nuevas maquinas.
Aprovechamos para pedir que mejoren la ubicación de los productos porque estas máquinas no admiten devolución del producto. Debe de ser un poco desesperante no poder comer una chocolatina y tener en la mano una caja de condones; o tener la necesidad de utilizar preservativos y que te dispense unos cacahuetes sin sal.