No es el único rincón de interés dentro del entorno vigués, pero es el más llamativo y el más bello. Quien visita estas islas a la entrada de la ría de Vigo no queda defraudado y retorna convencido de haber estado en un lugar único, con unas aguas transparentes, con unas playas de arena blanca y finísima, con unas vistas impresionantes tanto hacia el mar abierto como hacia el interior de la ría, con multitud de aves, con frondosos bosques… Asimismo, el propio viaje en barco resulta muy agradable, constituyendo para algunos visitantes su bautismo en viajes marítimos. Las Islas Cíes lo tienen todo y ya son conocidas internacionalmente. Su prestigio como reserva natural es admitida en todas partes y ahora sólo basta que el reconocimiento se haga oficial, y así será a pesar de los ocultos —y no tan ocultos— intereses en contra.