Toda España desea que vengan las lluvias propias de esta época del año, pero sólo llegan tímidos chaparrones que no compensan el largo tiempo de sequía. Galicia tampoco se salva de la sequía, aunque de momento no resulta preocupante. Podría decirse que son malos tiempos para la agricultura y también para quienes venden paraguas, a no ser que se imponga la moda de utilizarlos a modo de sombrillas como estas personas que conversan animadamente. Además, si viene una lluvia repentina ya estarán preparados.