Es como si hubiera un incendio en lo más alto, allá arriba, en un lugar inalcanzable incluso para una escalera tan alta. Pero en realidad se trata de algo menos poético, de un ejercicio habitual. El cielo brumoso es una simple y curiosa coincidencia mientras los bomberos hacen una puesta a punto para cuando sus servicios, y más concretamente los de la escalera, sean requeridos en una emergencia. Esos hombres, los bomberos, demuestran una enorme valentía y capacidad que merece ser reconocida y admirada, porque no es un trabajo para cualquiera.