Lejos de ser una celebración local, la fiesta de la Reconquista es internacional. Y no sólo porque el Casco Vello atrae a turistas de múltiples procedencias, sino porque el propio acontecimiento histórico de 1809 estuvo caracterizado por reunir a protagonistas de banderas diversas. Frente a unos invasores franceses, hubo combatientes ingleses, irlandeses, escoceses y portugueses. E incluso entre los héroes locales, encontramos junto a los gallegos a oriundos de Castilla, de Valencia o de Cataluña. Pocas fiestas pueden presumir de tantas identidades y de tantas patrias.
Para empezar, el mayor protagonista ni siquiera es vigués: el capitán Bernardo González del Valle nació en el municipio ourensano de Pereiro de Aguiar, concretamente en su parroquia de Cachamuiña, de la que obtuvo el apodo con el que pasó a la historia y al que tiene calle a su nombre, que baja desde la praza do Rei hasta la fuente de la Falperra.
Es cierto que era vigués el otro héroe de la puerta de A Gamboa, el marinero del Berbés Carolo, que murió a balazos de los soldados napoleónicos mientras intentaba franquear con un hacha la entrada de las murallas. Sin embargo, la identidad precisa de este protagonista sigue envuelta en las brumas de la historia, sin que haya sido hasta ahora posible identificarlo en los libros parroquiales, pese a que lo nombran varias crónicas de la acción bélica de la noche del 27 de marzo de 1809.También era vigués el alcalde de Vigo, Antonio Vázquez Varela, pero Joaquin Tenreiro Montenegro, que sería nombrado Conde de Vigo por su heroísmo en la Reconquista, era natural de Requena, en Valencia.
Morillo y Villageliú
El coronel Pablo Morillo, que también tiene calle, tampoco era vigués. Contaba 34 años en 1809, porque había nacido en la localidad zamorana de Fuenteseca en 1775. Y el apellido delata a otro de los héroes más sonados, el fraile Andrés Villageliú, que se levantó en armas en el convento de San Francisco. Se trataba de un religioso catalán.
Pero la nómina de protagonistas se hace internacional hasta parecer sacada de la ONU. Porque en la recreación que cada año organiza la Asociación Cultural y Vecinal del Casco Vello encontramos variadas nacionalidades. Por supuesto, es evidente que Antoine Chalot, comandante de las tropas napoleónicas en Vigo, era francés. De hecho, gracias a los brillantes estudios desarrollados por el investigador Ricardo Troncoso, sabemos que tuvo una intensa vida militar y que participó tanto en la toma de la Bastilla como en las batallas de Austerlitz y Jena, así como en la campaña de Napoleón en Egipto. El oficial Chapuzet, que fue vencido junto a sus tropas en el alto de Puxeiros, o el generla Lamartinière, que ocupó la ciudad de Tui, también eran galos.
Colaboración lusa
Pero es bien conocido que Juan Bautista Almeida de Sousa era portugués y que se unió junto con un puñado de tropas a los rebeldes de Vigo, en una colaboración lusa que también fue decisiva. Otro tanto habían hecho los gallegos, que ayudaron a los portugueses cuando destruyeron las embarcaciones para cruzar el río Miño, retrasando la entrada del mariscal Soult en el territorio vecino en enero de 1809.
Sin embargo, hay más banderas representadas en la Reconquista de Vigo, por ejemplo las del oficial irlandés John O´Doherty, que ayudó con sus lanchas cañoneras en la decisiva batalla de Pontesampaio en junio de 1809.
Pero es que también Rusia estaba representada en Vigo en esos días, ya que la fragata ‘Spitzbergen’, al mando del capitán Alexei Rasschaloff. Se trataba de un buque de guerra que se había separado de la escuadra del almirante Sinavin, que había zarpado de Lisboa en el verano de 1808. El barco se mantuvo en la ría de Vigo durante meses y, de hecho, el investigador Ricardo Troncoso ha averiguado que el gobernador francés, Antoine Chalot, se dirigió a los rusos para pedirles su ayuda en forma de alimentos, cuando el asedio a la plaza de Vigo se hizo más hermético.
Escoceses
Finalmente, también los escoceses fueron determinantes. Para empezar, porque desde Vigo fueron embarcados miles de soldados británicos al mando del general Robert Craufurd. Pero sobre todo porque es probable que la Reconquista habría sido distinta sin la ayuda de los capitanes de las fragatas británicas HMS Lively, George MacKinley, y de la HMS Venus, James Coutts Crawford. Ellos no sólo dispararon sus cañones en el asalto a las murallas de Vigo el 27 de marzo, sino que también mediaron entre los sublevados cuando Morillo y Terneiro estuvieron a punto de un derramamiento de sangre, y también fueron los garantes de la rendición que terminó firmando Chalot en uno de los buques británicos.
Así que no estamos ante una mera fiesta local. La Reconquista, como corresponde a una ciudad y a un puerto conectados al mundo, es una celebración histórica de carácter internacional, representada en protagonistas de incontables banderas.
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