El espectáculo tenía lugar en las varias localizaciones de la ciudad, en las Avenidas, en el parque de Castrelos, en la Alameda… El escenario era bien sencillo: simplemente una estructura de madera con gran ventana y una tela a modo de telón que tapaba la mitad superior de la instalación. Detrás estaban los auténticos artífices de un mundo de ilusión y al frente Juan Antonio Díaz Gómez de la Serna, más conocido como “Maese Villarejo”. Gritos, nervios, aplausos…, gran expectación mientras no se abrían las cortinas. Luego, de repente, un enorme silencio que se rompía de vez en cuando. Nadie perdía detalle. Una multitud de pequeñas y pequeños espectadores observaba de hito en hito las aventuras del valiente Gorgorito que luchaba —y que siempre terminaba ganando— contra sus enemigos, a los que golpeaba con una estaca muy ruidosa y muy parecida a un bate de criquet. La participación del público era muy intensa porque Gorgorito preguntaba de vez en cuando a los presentes por dónde había escapado el ogro “Dienteslargos” o “Ciríaca”, la bruja de turno, para liberar a su amiga “Rosalinda”. Entonces, las amigas y los amigos de Gorgorito le avisaban a gritos del peligro inminente. Aquello era un espectáculo inolvidable que sigue ofreciéndose al público a través de la página web de la compañía: http://www.maesevillarejo.com/. Todo el mundo infantil que asistía a aquellas representaciones vivía aquellas aventuras con enorme intensidad. Y todo esto me ha venido a la memoria al contemplar el escaparate de la juguetería “Eurekakids”, en la esquina de la Rúa de Don Bosco y la Rúa Progreso, con unos personajes de cuento y unos teatrillos sencillos, pero repletos de ilusión.