La imagen es un recuerdo de lo que era A Ronda hace muy pocos años, cuando nadie llevaba mascarillas por el Covid-19, cuando todo el mundo socializaba en las calles, bares y terrazas, cuando aquellos árboles daban sombra a las terrazas de los bares de la zona y la estatua de Don Bosco pasaba inadvertida para todos excepto para los más pequeños, que jugaban alrededor. La calle se ha remodelado y con el tiempo todo el mundo se acostumbrará a su nueva imagen, al nuevo espacio, al nuevo emplazamiento de la estatua. Y los nuevos árboles también crecerán y todo esto que aquí se muestra sólo será un recuerdo del pasado.