La ciudad de Vigo tiene un clima privilegiado que se intensifica año a año con los cambios climáticos. Sin embargo, la lluvia también es muy necesaria para mantener ese verdor que se observa en la fotografía tomada desde lo alto del Parque Comercial del Meixoeiro.
Las incomodidades surgen, sobre todo, cuando llueve torrencialmente porque se producen riadas incómodas que inundan algunas calles y plazas de Vigo, casi siempre por un diseño inadecuado o insuficiente del sistema de alcantarillado, llevado a cabo hace décadas, en legislaturas anteriores, y que convendría corregir.
De cualquier modo, la lluvia también tiene sus beneficios y evita molestos cortes en el suministro de agua, algo que ocurre en otras poblaciones españolas y que la ciudad de Vigo sufrió hace muchas décadas, antes de que en 1977 se inaugurara el embalse de Eiras, en Fornelos de Montes.