Estos días se ha podido observar alguna maquinaria trabajando en el ya histórico solar del Barrio do Cura. Es algo que se puede observar en la fotografía, tomada hace solo unos días. Realmente no se veía demasiado entusiasmo porque las cosas parecían ir con calma, pero iban.
Desde que las monjas trasladaron el asilo de ancianos a otra zona, la concesión de los permisos tardó tanto tiempo que los terrenos incluso cambiaron de manos y aquel proyecto ya parecía una obra imposible, por unos motivos o por otros.
Ahora parece que por fin va adelante y la ciudad se alegra de que esa vergüenza urbanística se vaya resolviendo satisfactoriamente para justo beneficio de sus inversores y para beneficio, también, para el resto de la ciudad. Esperemos que no tarden tanto tiempo en terminar la obra como en comenzarla.