Sin embargo, muchos vigueses no serán capaces de identificarlo por esta fotografía de su frontispicio. Le leyenda, grabada en la piedra, da buena cuenta de la finalidad de la construcción: Residencial; de quienes la promovieron: Grimberghs-Rial; y del año en que se llevó a cabo: 1958. Todo ello pasa inadvertido para casi todos los viandantes y conductores, salvo que mencionemos como referencia la histórica cafetería Crisol, que ocupa uno de los bajos del edificio. Y esto ocurre como consecuencia de transitar por las ciudades con la urgencia de los tiempos que vivimos, sin reparar en esos pequeños —y grandes— detalles que figuran en lo alto de los edificios, donde también se esconden numerosas referencias y datos que forman parte de la historia colectiva.