La naturaleza siempre intenta abrirse paso como puede, pero a veces tiene que ser el ser humano el que le eche una mano. Este es el caso que muestra la fotografía, tomada en la Senda Verde, de Vigo. Un arbusto que crece bajo el tejado de un galpón.
Con criterio conservador y digno de admiración, sus dueños han preferido facilitarle la salida a través del tejado en vez de utilizar medidas más drásticas. El resultado constituye una imagen impactante en una ciudad que ha ido llenándose de asfalto y cemento durante décadas, pero que ahora está retomando el cuidado por la naturaleza. Un buen ejemplo.