Los tranvías no eran mucho más ruidosos que los autobuses ni tampoco causaban mayores inconvenientes en la circulación; por contra, constituían un tipo de transporte mucho más ecológico, además de formar parte de la imagen de la ciudad de Vigo desde principios del siglo XX. Ni siquiera se planteó por parte del Concello la conservación de alguna linea del tranvía o de su transformación en trolebuses; había demasiados intereses en juego.
Todo eso ya es historia, pero de aquellos tranvías todavía quedan algunos restos que afloran a la superficie o que no han sido engullidos por el progreso, como es el caso de estas vías que aún pueden observarse en la población de Sabarís y que formaban parte del añorado tranvía Vigo a Baiona.