En la mañana del domingo de Ramos algunas jardineras han aparecido como muestra la fotografía. El deterioro que se observa en la imagen, que es explícita por sí sola, no ha sido causado por ningún perro incontrolado, sino por personas, puesto que han escarbado selectivamente en torno a algunas plantas intentando arrancarlas, quizá para robarlas o simplemente por simple gamberrada. No es la primera vez que ocurren deterioros similares y algunos ciudadanos ya opinan que tenemos los setos que merecemos, porque no los sabemos cuidar. Sin embargo, estas acciones, que son obra de una minoría, podían evitarse con mayor vigilancia. En todo caso, sería mucho más acertado dedicar las jardineras exclusivamente para plantar setos, puesto que serían igual de decorativos, mucho más baratos y mucho más fáciles de mantener.