Destaca el espectro de los colores de un sol que todavía no calienta demasiado, pero que resalta, en su puesta, las paradisíacas Islas Cíes sobre el horizonte, con el azul de la noche que comienza a cubrirlo todo. El propio mirador y las numerosas terrazas de la zona suelen estar frecuentadas por muchas personas que se acercan a contemplar e inmortalizar el caer de la tarde, una imagen que parece repetirse un día tras otro, pero que en realidad nunca es la misma y que tiene cada vez más admiradores.