Así, cuando llegaba el momento de contar algún secreto se utilizaba la famosa frase para salvaguardarlo de los oídos ajenos y curiosos. Pero la fotografía muestra un patio privado, sin vecinos, en el que la ropa del tendal nunca será observada por las miradas indiscretas.
Es una única vivienda donde los secretos pueden contarse puertas adentro o incluso de ventana a ventana sin temor a que nadie pueda escucharlos. Y las viviendas modernas, aunque tengan patios de vecindad, tampoco presentan los inconvenientes de antaño. Sin embargo, el refrán sigue siendo vigente, pero con otros usos diferentes para los que originalmente fue inventado.