En esos platos de siempre, el comensal agradece y valora las materias primas de gran calidad, las manos maestras y experimentadas a lo largo de los años, y las recetas que van transmitiéndose de padres a hijos, porque la cocina tradicional no defrauda a nadie y sobrevivirá, sin duda, a todos estos nuevos hábitos que son realmente meritorios, pero que seguramente serán efímeros o no tan duraderos como un buen cocido, unas deliciosas lentejas, unos garbanzos, o una tortilla de patatas casera. La cocina tradicional perdura con el paso de los años y cuenta con el aprecio de comensales de todo tipo y de todos los bolsillos. Casa Roucos, en el número 6 de la calle Santa Marta de Vigo, es, precisamente, un referente obligado y singular para quienes quieran degustar una cocina de gran calidad, de las que realmente llenan los sentidos, preparada con indiscutible sabiduría tradicional y con enorme esmero, y servida con gran amabilidad en un ambiente familiar muy agradable. El pintor Laxeiro y muchos de sus contemporáneos ya lo visitaban antaño, igual que el cantante de culto Paco Ibáñez. Hoy también lo siguen haciendo otras destacadas personalidades de la cultura y gentes de todo tipo. Toda su oferta es recomendable, sin excepción, pero valgan como ejemplos la tortilla de patatas, los pescados, o las tradicionales filloas. En la fotografía les presentamos al equipo de Casa Roucos, de izquierda a derecha: Teresa, Sira, José Antonio, y Estela. Roucos es una visita obligada de la que nadie queda defraudado y que todo el mundo repite.