La calle es peatonal, seguramente por su estrechez, y parte de la Rúa Pi i Margall para desembocar en la Rúa Falperra. A veces, al amparo de su ocultación frente a las calles principales que la rodean, pasa alguna pequeña motocicleta llenándolo todo de un ruido que no es habitual. Allí, en la Rúa Angustias, existen muy pocos portales de viviendas, aproximadamente media docena, y algún que otro pequeño negocio, con una imagen de piedra en relieve que representa a la Vírgen, a la entrada desde Pi i Margall, y que también pasa inadvertida para la gente, quizá porque está situada a cierta altura. Sin embargo, a pesar de la humilde importancia como calle, la Rúa Angustias resulta un paso interesante para el viandante cuando sólo tiene que ir de una calle a la otra, pudiendo acortar el trayecto.