Es una pequeña calle que resulta desconocida para la mayoría de los vigueses, que sí conocen, en cambio, lo que fue hasta principios del siglo XX una villa independiente. Actualmente, Bouzas está de moda, tanto para vivir como para disfrutar. Sin embargo, Bouzas es algo más que las zonas limítrofes marítimas, mucho más que el paseo junto al mar y la tradicional alameda a donde llegaba el tranvía. Por ejemplo, en la parte posterior del mercado, con un edificio de bella factura, existen muchas callejuelas de corto recorrido con nombres muy variados, llenas de casas de poca altura y algunas de ellas construidas por empresarios de la pesca y del sector naval, y algunos negocios tradicionales. También existen varios rincones tan pintorescos como el que ahora mostramos: una pequeña calle peatonal con un antiguo cruceiro —que no es, por cierto, el único de la ciudad de Vigo— y que se conoce como Cruceiro Vello. Y a pesar de que la pequeña calle de la fotografía se llama Rúa Cruceiro Vello, el propio cruceiro, con doscientos años de antigüedad, está ubicado en la lindante calle Martín Pinzón, donde también existe algún que otro banco para poder disfrutar de la tranquilidad del barrio.