La Rúa Eduardo Iglesias, de Vigo, enlaza la Ronda de Don Bosco con la Rúa do Príncipe, cruzando en su mitad la Rúa do Progreso. Lo que muy poca gente sabe es que se llamó Calle del Circo, desde el año 1882 hasta 1919, por la existencia del circo Tamberlick, que después se transformó en sala cine conservando parte de su estructura circular.
Luego, hasta el año 1931 recibió el nombre de Calle Eduardo Iglesias, pero en 1931 se le cambió otra vez el nombre por el de Calle del 14 de Abril, fecha de proclamación de la II República Española. Pero en 1936, cuando estalló la guerra civil en España, volvió a recuperar el nombre de Eduardo Iglesias.
Eduardo Iglesias Aniño (Vigo, octubre 1850 – junio 1916), además de abogado, perteneció al Partido Liberal de Sagasta, destacado político español de finales del siglo XIX. En lo que le toca a la ciudad de Vigo, Eduardo Iglesias fue diputado provincial por el distrito de Vigo-Tui y alcalde de Vigo en 1887 y 1888.
Cuando se le dedicó la calle se colocó una placa en la fachada de la casa donde había vivido. Pero la demolición del edificio motivó que la placa fuera colocada en un pedestal de granito, aunque más tarde fue trasladada al Museo Municipal Quiñones de León.
Orígenes del Mercado do Progreso
La Rúa de Eduardo Iglesias es una de las calles comerciales más céntricas de la ciudad de Vigo. En su parte superior, haciendo esquina con la Ronda de Don Bosco, estaba la Plaza de Abastos en una finca con frente a la la Rúa Velázquez Moreno y a la Rúa Progreso. La finca fue donada por una benefactora de la ciudad y el proyecto fue comenzado por el arquitecto Benito Gómez Román, sin embargo, por motivos de enfermedad fue rematado por el arquitecto municipal Jenaro de la Fuente.
La Plaza de Abastos, la original, fue inaugurada en 1908 y se amplió en 1951. Se mantuvo con su estructura original hasta 1975, en el que fue derribado y reconstruido. En 2010 sufrió una profunda remodelación, bajo la dirección de la arquitecta Mercedes Fernández Díaz, y así se ha mantenido hasta la actualidad.
MartiH, el primer supermercado de Vigo
En la esquina con la Rúa Progreso, donde el mercado actual tiene una de sus entradas, existió el primer supermercado de Vigo: “Supermercados MartiH”, cuando la única alternativa a los mercados eran las tradicionales tiendas de barrio. “MartiH” fue inaugurado en 1959 y provocó un auténtico impacto en toda la ciudad de Vigo y alrededores.
El emplazamiento inicial de la Ferretería Iturmendi
En el primer tramo de la calle, en la acera de enfrente del mercado existe una pequeña cafetería y a su lado había un comercio de telas muy conocido que ya ha desaparecido: “Gervasio”, cuyo edificio está derribado. Junto a ese edificio está “Fincas Santoro”, establecimiento dedicado a la administración de fincas, una clínica canina relativamente nueva, un local de decoración y, más abajo, un edificio derribado que sólo conserva la fachada y que hace esquina con la Rúa Progreso. En el bajo de este edificio estaba hace años la “Ferretería Iturmendi”, que actualmente ocupa otro local unos metros más arriba en la Rúa Progreso.
Stylmark, el nombre de la moda
En el segundo tramo de la calle existen algunos locales comerciales cerrados, entre ellos, uno perteneciente a la firma de loza “Álvarez”, junto a un edificio dedicado a aparcamiento de coches. Más abajo hay un estanco y un importante comercio de ropa de caballero donde antaño existió el comercio “Stylmark”, fundado por Enrique Sánchez y José Luis González. Estos dos socios fundaron inicialmente la fábrica “Corteman’s”, dedicada a ropa de caballero, y años más tarde fue cuando se decidieron a abrir el comercio “Stylmark”, que cambió de dirección hace unos años, pero que mantiene la misma calidad y elegancia de siempre.
Librouro, la librería más antigua de Vigo
En la acera de enfrente existe la “Librería Librouro”, en el número 12, que hoy es una de las librerías mejor surtidas y la más antigua de la ciudad de Vigo, con varios pisos dedicados a todo tipo de libros. A su lado existía una casa antigua y en uno de sus locales había un establecimiento de reparación de plumas estilográficas que trasladó su taller a las inmediaciones de la Rúa Tercio de Afora, lateral de la Rúa Urzáiz.
El teatro cine Tamberlick y el cine Odeón
Mención aparte merece el edificio “Tamberlick”, que ocupa la parcela del local de base circular que originalmente fue un circo y que más tarde se transformó en teatro y en cine. El “Tamberlick” estuvo abierto hasta la 1989, aunque fue derribado en 1991 y de su estructura ya sólo queda el arco de piedra y la escalinata de la entrada, que dan acceso a un moderno edificio de viviendas, oficinas y locales comerciales. A finales de los años sesenta del pasado siglo XX, el cine “Odeón”, que estaba en la esquina de la Rúa Urzáiz con la Rúa de Magallanes, cerró sus puertas como consecuencia del derribo de su edificio y se trasladó a las instalaciones del “Tamberlick”. Estuvo abierto hasta su cierre definitivo, en el año 1989.
El desaparecido Bar Trébol y los históricos Almacenes Olmedo
Un poco más abajo del “Tamberlick” existía un antiguo edificio en cuyo bajo estaba el “Bar Trébol”, muy concurrido por su buen trato y excelente cocina. Un poco más abajo estaba el comercio de fotografía “Photum”, cuando la fotografía digital todavía no había hecho su aparición. En una de las esquinas con la Rúa do Príncipe estaba el histórico comercio “Almacenes Olmedo”, y en la fachada del mismo edificio estaba la placa dedicada a Eduardo Iglesias. En esa misma esquina está actualmente el comercio “C&A”. En la otra esquina está el comercio“El Ganso” y un poco más arriba la joyería “González”, la tienda “Móvil Galicia”, el comercio “Tevas & Co.”, y el “Centro Médico Láser 2000”, ubicado en el mismo solar del “Tamberlick”.
Un cine club con películas de celuloide
En los años cincuenta y sesenta del siglo XX, en la Rúa de Eduardo Iglesias también existió una asociación de aficionados al cine, conocida como Cine Club, donde se alquilaban películas mudas en celuloide, normalmente películas del Gordo y el Flaco y de Charlot, en unos tiempos en los que la televisión aún no había llegado a los hogares. Durante décadas, que incluso abarcan algo más de siglo de su existencia, ha habido muchos cambios para esta céntrica calle de Eduardo Iglesias. Sin embargo, quienes peinan canas aún recuerdan su antigua imagen y sus detalles como si el tiempo no hubiera pasado.