La Rúa do Príncipe, en la ciudad de Vigo, tiene su origen en la llamada Carretera de Castilla, que comunicaba la ciudad con Ourense y con la meseta, compitiendo con el Camino Real, que entraba en Galicia en dirección a A Coruña. La carretera partía de la Porta do Sol y continuaba por lo que ahora es la Rúa Urzáiz. Posteriormente se nombró Calle del Príncipe (Rúa do Príncipe) en honor al hijo de Isabel II, y con ese nombre ha llegado hasta la actualidad, siendo sus límites la Porta do Sol y la conocida como Plaza da Farola, ubicada en la confluencia con la Ronda de Don Bosco, la Rúa Colón y la Rúa Urzáiz.
Se trata de la calle más comercial de la ciudad. Sus establecimientos conforman un rosario que se extiende por las calles adyacentes: López de Neira, Eduardo Iglesias y Velázquez Moreno. Antaño, su influencia comercial competía con la de Porta do Sol, donde existían importantes establecimientos como La Villa de París y El Louvre, entre otros, y con la Rúa Elduayen, donde existían joyerías y comercios de textil. Sin embargo, con el paso de los años, los principales comercios se fueron desplazando hacia la propia Rúa do Príncipe y la Rúa Urzáiz.
La Rúa do Príncipe siempre ha sido una calle muy concurrida en todas las épocas, la calle del paseo. En la actualidad es una calle peatonal, pero hasta mediados del siglo XX fue una calle con tráfico rodado, algo de lo que dan buena cuenta numerosas fotografías en las que se puede observar el paso de carruajes, coches, motos, e incluso del tranvía.
Durante la segunda mitad del siglo XX, los bajos comerciales de la Rúa do Príncipe albergaban importantes y conocidos negocios de todo tipo: camiserías como la Industrial Viguesa, sastrerías y comercios especializados en ropa de hombre, como Esmar, librerías y papelerías como la Papelería Comercial, la Papelería Española y Barrientos, joyerías y relojerías como Malde, Hermanos Hernández y Ramón Fernández, pastelerías como Las Colonias, tiendas de ultramarinos como Ricardo Costas, galerías comerciales como Alfredo Romero, Almacenes Romero, Almacenes Carbajo, Almacenes El Príncipe, y las galerías La Norma, grandes comercios como Olmedo, comercios de fotografía como Foto Mecánicos y, sobre todo, el histórico comercio y estudio Foto Pacheco, cuya colección fotográfica engrandece la historia de la ciudad de Vigo, pues su estudio, que hace años ha cerrado sus puertas, fue visitado por gran número de las familias viguesas que acudían allí para hacerse fotos de familia.
En la Rúa do Príncipe también había farmacias como Carrascal, tiendas especializadas en ropa de mujer como Karina, tiendas especializadas en ropa infantil y juvenil como Kadete, cafeterías como El Príncipe y Flamingo, jugueterías como Moya, calzados Chavalín, zapaterías Cruces, zapatería Layton, mercerías como La Favorita, y estancos y venta de loterías como Amalia. En la actualidad, la densidad de establecimientos comerciales sigue manteniéndose, aunque con firmas actuales y con unos precios por metro cuadrado, tanto para alquiler como para venta, que compiten con las principales ciudades europeas.
En la Rúa do Príncipe desemboca la Rúa Eduardo Iglesias y la Rúa López de Neira. También se cruza con la Rúa Velázquez Moreno y con tres pequeñas calles: Rúa Londres, Rúa Carlos Oroza, y Travesía da Aurora.
Poco antes de llegar a la Porta do Sol se encuentra una pequeña calle que comunica la Rúa do Príncipe con la Rúa Policarpo Sanz. Esta calle, de corto recorrido, era conocida como Travesía de Príncipe, pero en el año 2016 se le cambió el nombre por el de Rúa del poeta Carlos Oroza, en honor a uno de los mejores poetas de habla hispana que acostumbraba a pasear diariamente por esa zona.
Casi enfrente de la Rúa Carlos Oroza se abre otra pequeña calle denominada Travesía da Aurora, que desemboca en la Rúa Perú. En esa calle está la taberna “Eligio”, fundada por Eligio González a mediados del siglo XX y aún permanece abierta al público. La taberna Eligio es la taberna más famosa de Galicia y en ella acostumbraban a reunirse los personajes más destacados de la cultura.
En el otro extremo de la Rúa do Príncipe, en las proximidades de la Praza da Farola, existe el Museo de Arte Contemporánea (MARCO), que en el año 2002 fue inaugurado como museo, pero que antes fue cárcel y después juzgado. En una de las partes laterales del edificio existe una pequeña calle llamada Rúa Londres, dedicada en 2003 a la capital del Reino Unido en correspondencia a la calle Vigo Street que existe en el centro de Londres, una calle comercial y de gran importancia. Los ingleses le pusieron el nombre en conmemoración a la batalla de Rande, mudialmente conocida como “Batalla de Vigo” y acontecida en la ría de Vigo en el año 1702, en la que se alzaron como ganadores.
Lo curioso es que Inglaterra tiene la calle para conmemorar una victoria y Vigo la tiene simplemente como réplica. En esa Rúa Londres, y ocupando parte del frontal de lo que ahora es el MARCO, existía la cafetería Flamingo, que tenía grandes cristaleras y un escenario donde se ofrecían actuaciones de orquestas y cantantes. En los años sesenta del pasado siglo XX, en ese mismo entorno de la fachada del MARCO, existían fotógrafos callejeros con la máquina colgada del cuello ofreciendo sus servicios en una época en la que la fotografía no estaba al alcance de todo el mundo. Le hacían la foto a las personas interesadas, tomaban sus datos y, días más tarde, les entregaban las fotos.
Hoy, la Rúa do Príncipe sigue siendo un lugar muy frecuentado y fotografiado, con la estatua de Manuel Castro en la confluencia con la Ronda de Don Bosco, un vendedor de periódicos que siempre estaba delante de la fachada de Almacenes Alfredo Romero vociferando “¡Prensa de Madrid!”, haciendo sorprendentes equilibrios con los periódicos colocados sobre el dedo índice, sin que se le cayeran.