La Rúa Doutor Marañón está dedicada a una de las figuras españolas más destacadas del siglo XX, como médico y como humanista, destacando, además de la medicina, en la especialidad de endocrinología, en la escritura, en la historia, en la ciencia y en el pensamiento. La Rúa Doutor Marañón comunica la Rúa López Mora con la Avenida das Camelias, luego de cruzarse con la Rúa Menéndez Pelayo. Se le otorgó el nombre de Rúa Doutor Marañón en el año 1968, un año que para muchas personas parecerá muy cercano en el tiempo, pero se trata de un conjunto de calles de nueva manufactura. No hace muchas décadas, toda esa zona estaba llena de fincas con algunas casas unifamiliares.
El doctor Gregorio Marañón y Posadillas (1887 – 1960) está considerado como el precursor de la endocrinología en España, fue académico en la Real Academia Española, en la de Historia, en la de Medicina y Ciencias Exactas, Físicas y Naturales, y en la de Bellas Artes. E inicialmente participó en la proclamación de la Segunda República Española, aunque luego se convirtió en uno de sus críticos.
Al entrar en la Rúa Doutor Marañón desde la Rúa López Mora aparece una cuesta que se dirige hacia el cruce con la Rúa Menéndez Pelayo y luego continúa hasta la Avenida das Camelias. En la esquina inferior de la calle hay una conocida farmacia que hace muchos años estaba ubicada en la Rúa del Príncipe. Ese primer tramo de la calle tiene algunos garajes y algunos locales que nunca fueron ocupados. Destaca la Editorial Xerais, de enorme importancia en la cultura gallega. Enfrente de la editorial existe una conocida clínica de fisioterapia, Santomé, S.L. También hubo en su día la oficina de una empresa de limpieza, y existió algún pequeño bar en un sótano que ahora permanece cerrado desde hace años, y existe un distribuidor de máquinas de copistería.
Al llegar al cruce con la Rúa Menéndez Pelayo se observa la acertada humanización de la zona, con una pequeña zona ajardinada en la que están dispuestos unos paneles solares que alimentan la iluminación de la calle. En esa plaza existieron algunos negocios, uno de ellos dedicado a uniformes de trabajo, otro a fotocopiadoras, un pequeño bar y un enorme local habilitado con plazas de garaje donde hace años estuvo el economato de Telefónica.
En el siguiente tramo de la calle, ya próximo a la Avenida das Camelias, existe un garaje dedicado al arreglo de vehículos, pero con entrada por la Rúa Menéndez Pelayo, un garaje de vehículos en cuya entrada luce un agradable grafiti, y en cada una de las esquinas una entidad bancaria, en un lado la sucursal del Banco de Santander, que de momento permanece cerrada y en donde anteriormente hubo una mueblería. En el otro lado, la sucursal de Abanca, que anteriormente era la Caja de Ahorros Municipal de Vigo.
Rúa de Sergio Saborido Cid
Parte de la Avenida das Camelias como una continuidad de la Rúa Doutor Marañón, y no llega a conectar con la Rúa Romil, hacia donde se dirige y con la que comunica mediante unas escaleras situadas en un pequeño parque donde la calle gira hacia la izquierda.
En 1993 se le dedicó esta calle a Sergio Saborido Cid, que fue un gran pedagogo y el fundador del Colegio Labor, en la Avenida das Camelias. Sergio Saborido empezó siendo profesor del colegio Apóstol Santiago (Jesuitas), de Vigo, hasta que la orden fue expulsada durante la II República. Como consecuencia abrió la Academia Labor en una casa de la Rúa Areal y, años más tarde, en 1939, fundó el actual Colegio Labor, donde desarrolló el resto de su actividad académica.
La Rúa Sergio Saborido es un vial muy céntrico, tranquilo y sin salida. En una de sus esquinas con la Avenida das Camelias existía una sucursal del Banco Pastor que luego se transformó en otro negocio diferente que terminó cerrando. En la otra esquina, donde ahora existe un bazar chino, existió hace años un gran supermercado Gadis. Avanzando por la calle existe una oficina técnica, un pequeño almacén de material de construcción, algunos portales de viviendas, un taller de mecánica dental y algunos garajes. En la única curva de la calle se abre la entrada a un pequeño parque donde unas escaleras de piedra comunican con la Rúa Romil. Esta calle es un merecido reconocimiento al fundador del Colegio Labor, que lleva activo desde el año 1939.