Algunas personas acostumbran a reunirse todos los días del año en el arenal de Samil para departir entre amigos, para caminar o incluso para darse un baño a pesar de las lluvias. Se acerca el otoño y la playa no pierde su belleza natural. Incluso cuando el arenal está menos concurrido resulta más agradable para el paseo y la observación del mar, con las Islas Cíes en el horizonte. Las playas viguesas y, sobre todo, la playa de Samil, constituyen un lujo al alcance de todos los bolsillos, ahora que se avecinan algunos temporales económicos.